miércoles, 26 de agosto de 2009

Retos del Periodismo en Venezuela. De cara a la gente

Reflexiones de:
Arnaldo Espinoza
Elisa Vásquez

Introducción

El siguiente trabajo presenta una perspectiva teórico-práctica sobre la situación actual de los medios de comunicación en Venzuela, su relación con la ciudadanía, y los retos que deben afrontar para servir verdaderamente al progreso del país.
El enfoque de la construcción de estas metas parte de la idea de que el ciudadano necesita intentar nuevos mecanismos de participación democrática, cambios que pueden ser profundamente incentivados por los medios de comunicación, principalmente a través de la transformación de la óptica que se ha heredado de la forma clásica de hacer noticia.
Se puede decir que el país necesita que la idea importada de medios de comunicación se adapte por una vez a sus características y necesidades propias.
Este análisis y propuesta, realizado por estudiantes, parte de la observación continua, a lo largo de cuatro anos de carrera, del descentramiento que tiene el ciudadano sobre su realidad más próxima, y la continua inmersión en la representación que los medios sobre la situación política del país.
Esta situación ha devenido en una distancia preocupante de las personas por aquellas cosas que está en sus manos resolver, o por lo menos trabajar en búsqueda de sus soluciones. Y se ha diagnosticado esta situación, ya que siendo estudiantes se ha logrado obtener un acercamiento mayor a formas distintas de hacer periodismo, de las cuales, los medios tradicionales pueden nutrirse para prestar a Venezuela una mejor calidad de información.

Palabras clave
Deliberación
Polarización
Ciudadanía
Medios de Comunicación
Agenda-setting
Situación actual y papel de los medios (Una especie de diagnóstico de los autores)
Si hay algo seguro sobre los medios de comunicación venezolanos de hoy día es que han tomado posiciones políticas a favor de tendencias polarizadas. La diversidad de voces en torno a todos los aspectos de la vida social del venezolano que debería copar los espacios de los medios de comunicación ha sido abandonada para darle el trono al tema político, especialmente desde la perspectiva parcial de cada línea editorial. Sin embargo existen excepciones plausibles - las cuales sería grosero evadir- que pueden servir de ejemplo para el comienzo de un cambio general en el papel de los medios de comunicación.
Pero, ¿qué ocurre cuando sólo se ve continuamente a dos tipos de tendencias? Generalmente la ciudadanía se olvida de la variedad de posiciones que puede tomar con respecto a distintos temas que respectan al ejercicio cívico, sobretodo cuando se habla de una ciudadanía con características tan peculiares como la venezolana, tema en el cual se ahondará más adelante.
Dentro de esta situación, temas tan importantes como la cultura, el afianzamiento de la identidad nacional, la eduación en valores, y todos los hechos que unen a la ciudadanía, han sido olvidados. Esto no es un fenómeno actual, se podría decir que desde finales del siglo pasado, sobretodo la televisión, ha dejado a un lado su rol de ejemplo social, y la importancia que ha cobrado como líder en la familia y la sociedad, para dar paso al reforzamiento de la marginalidad y la baja autoestima del venezolano.
Cuando las agendas mediáticas se colocan estas gríngolas los ciudadanos no ven representadas sus voces. No ven que nadie atienda sus problemas locales, es decir, las situaciones más próximas al convivir cotidiano, que con un Estado colapsado, parece que nadie puede solucionar. María Cristina de la Fuente Álvarez, explica en Periodismo cívico o público (2000), que "la prensa es uno de los participantes en nuestra vida nacional. Sufre cuando se deteriora la calidad de la vida pública. Y cuando se deteriora la calidad del desempeño de la prensa (...) también sufre la vida pública"(p. 191)
Pareciera entonces que en el medio de esta situación recíproca, los ciudadanos se olvidan de la necesidad de resolver sus problemas, y la atención permanece dirigida a un espectáculo confuso y lejano como lo es el escenario político, que al fin y al cabo puede no tener una trascendencia social de importancia cuando las bases de una sociedad parecieran sucumbir.
En todo este embrollo cada ciudadano se aisla en su entorno más privado. La psicóloga Yorelis Acosta, especializada en violencia política, explicó en entrevista telefónica, que el miedo a actuar ante situaciones que el ciudadano no puede resolver por sus propios medios (como la inseguridad), hace que los espacios naturales de participación y discusión se aniquilen, ya que la mayoría de los individuos se esconden en casa a hacer vida en el ámbito más intimo o a refugiarse en actividades de entretenimiento que, aunque necesarias, no contribuirán a mejorar ciertos problemas.
Ante todo esto, los medios no ayudan a generar un espacio de participación entre las personas, sino a estancarse en lo que es la "actualidad", comentar sobre ello y dejar a las informaciones flotando en una atmósfera indefinida e infinita.
En materia de información ciudadana, los medios utilizan un acercamiento cauto, tan sutil como aislado. Al respecto, Federico Álvarez, citado por Hugo Zemelman, alerta en su libro La información contemporánea."La tendencia a eliminar todo lo que sea conflictivo(...) ha creado vacíos y deformaciones en la información contemporánea. En efecto, ha impuesto un predominio de lo pintoresco, de lo insustancial, sobre los problemas verdaderamente significativos" (1978;p.62)
¿Cuáles son las carencias de la ciudadanía que los medios puede satisfacer?
Existen carencias que los medios de comunicación pueden saciar en la sociedad en la que funcionan sin tomar parte en las situaciones. María Cristina de la Fuente asegura que "la prensa puede hacer más (...) para incorporar a la gente como ciudadanos, para mejorar el debate público para ayudar a las comunidades a resolver problemas y para ayudar al país en la búsqueda de una vida pública que funcione" (p.192)
Y esto es necesario cuando se vive en una sociedad de individuos aislados sin motivación para la participación en la búsqueda de soluciones. Es urgente la construcción de lo que Julia Barragán llama un lenguaje de cooperación. En su texo La Aldea era una fiesta (1996), Barragán explica que estye concepto se caracteriza "en primer lugar por la disposición de los miembros de un colectivo a utilizar estrategias conjuntas en la solución de sus problemas comunes, considerando que las mismas son capaces de potenciar los recursos individuales aplicables a cada asunto público" (p.19).
Puede parecer que es un camino largo el de construir las vías democráticas con sus respectivos espacios de discusión, pero como asegura Barragan, el hecho de que exista el lugar de debate, genera de por si una solución democrática a los problemas (p.18).
Y cuando se habla de democracia y medios es primordial hablar de estos espacios de deliberación y encuentro necesarios para la búsqueda de propuestas en sociedad, ya que normalmente se piensa que la principal manera de expresar las decisiones ciudadanas es el voto. ¿Pero qué hay detrás de él?
En la Venezuela de la última década se han vivido numerosos procesos electorales, y aún así, sectores nacionales e internacionales denuncian la inexistencia de una democracia. ¿Por qué? Sencillamente porque los espacios de construcción pública no están funcionando de manera eficaz ni productiva. Ya lo decía Amartya Sen en su texto El Ejercicio de la Razón Pública (2004).
el voto es sólo un medio (...) para hacer efectivo el debate público, siempre y cuando la oportunidad de votar se combine con la oportunidad de hablar y escuchar sin temor alguno. La fuerza y el alcance de las elecciones dependen en gran medida de la posibilidad del debate público abierto. (p.13)
Quizás esto explica la disconformidad que existe por los resultados electorales en nuestro país. Mientras un estilo de vida se valida, y otro se rechaza, el gobierno y la ciudadanía no puede trabajar en conjunto, por lo que ese debate tan primordial queda resignado a la afirmación de un sector.
Mediante el respeto y la construcción de estos sistemas abiertos (nacidos de la libertad de expresión) se valora y se valida la diversidad de opiniones y visiones de la sociedad. Mientras todos sean aceptados en la construcción de lo público como ciudadanos con voz y voto, el lenguaje de cooperación del que habla Julia Barragán tendrá incluido tanto a mayorías como minorías.
Joseph Raz asegura en La Ética en el ámbito público (FECHA OJO!) que especialmente en las sociedades contemporáneas la validación de los estilos de vida diversos cobra suma importancia debido al factor del "anonimato urbano" y el "pluralismo cultural y ético"(p.169). Por esto es de gran relevancia que los ciudadanos puedan verse representados en los medios de comunicación, ya que estos, como entes de representación de la realidad, deberían mostrar la existencia de todos los grupos que hacen vida.
Raz explica que las personas necesitan sentir que la manera en la que deciden vivir está valorada en la su sociedad. "También dependen de que se encuentren reflejadas en los medios de comunición para tener un sentido de su propia legitimidad, para sentir que sus problemas no constituyen desviaciones anormales" (p.168), explica Raz.
Lo curioso, es que el venezolano no aparece en ningún lugar de la pantalla, de la página, o del programa radial, ya que autoexcluye su estilo de vida. Ya decía Manuel Barroso en su libro Autoestima del Venezolano (1991) que el ciudadano es un marginal.
Marginal quiere decir al margen, no necesariamente en lo socio-económico sino en la marginalidad más aberrante que es la de haber perdido la conciencia de sí, vivir en su no-experiencia, sin definición de si mismo. Carecemos de las estructuras fundamentales. El modelaje y la identificación han quedado contaminados y sin fuerza en manos de la mujer. Más tiene que ver en la identificación del venezolano la TV o la cachifa que los mismos padres. (p.6)
Barroso diagnostica en el venezolano un enorme desarraigo sobre lo propio, "es ese ubicarse con una filosofía de vida ajena a sí, distante del otro, encerrada." (p.6), situación que explica enormemente el desinterés por generar los espacios de discusión y construcción de los cuales se hablaba arriba.
Mientras tanto, la televisión se encarga de criar a los niños, expuestos al sexismo, la violencia y el reforzamiento de la marginalidad propia. Barroso explica que los límites entre lo público y lo privado han sido derribados con el pretexto de informar, abusando de las imagenes y las situaciones de violencia, donde se enseña "que la vida ajena, vale poco" (p.7). También asevera en su texto que existe un recelo sobre el conocimiento de las verdades, ya sea cuando se habla de relaciones interpersonales o de relaciones como las de un periodista con su lector. "En el fondo se descalifica la capacidad del venezolano para entender y manejar cualquier información. Mentimos porque no sabemos como enfrentarnos a las consecuencias de la verdad. Se pretenden poner en marcha reajustes con un pueblo desinformado" (p.8).
Esto describe una enorma carencia de la ciudadanía por una imagen propia, por un concepto respetable sobre si mismo, y más aún, sobre su futuro. Es normal entonces que no existan iniciativas profundas desde los grupos sociales para mejorar situaciones que los afectan, ya que no existe una valoración sobre el otro, sobre sus diferencias.
Por supuesto, la cultura nacional deja de tener valor para ser denigrada como se denigra del mismo venezolano.
¿Cómo ayudan o destruyen los medios a crear los espacios públicos de deliberación?

La polarización política que vive el país se ve magnificada en el papel que han tomado los medios de comunicación. En momentos donde todo es “blanco” o “negro”, las distintas informaciones que se hacen llegar al público igualmente se tiñen de ese carácter beligerante. Es así como llegamos al punto de tener televisoras “oficialistas” (Venezolana de Televisión), “opositoras” (Globovisión) y, dentro del espectro radioléctrico pero fuera del radar informativo, plantas “ni-ni” (Venevisión, Televen).

En su trabajo Sobre la importancia de las realidades que se ocultan (1994), Hugo Zemelman señala que el sesgo noticioso eventualmente impacta el carácter del comunicador social, pues al dar a conocer una sola cara de la realidad, termina por aceptarla como verdad única, sin posibilidad de reconocer otras opciones. Igualmente, se abandona la reflexión de los hechos que se cubren, se aisla la verdad y se da paso a una ideología que permite trabajar con “un mínimo de conciencia, una mínima aspiración, un mínimo deseo, lo mínimo de todo: por lo tanto la mínima presión social”.

¿Qué elemento ha sido clave para la construcción de espacios públicos, especialmente en la última década? Los medios de comunicación. En Venezuela, esta afirmación se ve aún más apoyada en la prominente acción política que han tomado tratando de informar, generalmente, mediante la deformación de la información: Cualquier hecho noticioso, por positivo que sea, que vaya en contra de la bandera ideológica que tiene la línea editorial del canal, será resaltado como negativo, o simplemente dejado de lado para ensalzar los hechos de su bando.

Es allí donde viejos conceptos de la teoría de la comunicación han entrado en juego en esta década: Agenda Setting y Gatekeeping. Según McCombs y Shaw, los medios proporcionan algo más que un cierto número de noticias. Proporcionan también las categorías en las que los destinatarios pueden fácilmente colocarlas de forma significativa” (1979; p.103).

Esta práctica se ha maximizado en la Venezuela del “Socialismo del Siglo XXI”: Los canales oficiales sólo se limitan a difundir noticias positivas del gobierno, mientras satanizan las acciones de la oposición. Por otro lado, los canales cuya línea editorial es diametralmente opuestas utliizan la práctica a la inversa. Si bien es cierto que existen medios que mantienen el balance informativo, su presencia en la esfera general de la comunicación en Venezuela es limitada, pues la mayor parte de la población quiere “consumir” política y no la buscan en medios balanceados.

Según el informe Los contenidos de opinión e información electoral en medios de comunicación social nacionales y regionales: Referendum enmienda constitucional, Venezuela 2009, el Observatorio Global de Medios ratifica este hecho: El Nacional y el Diari Vea en impreso y Venezolana de Televisión y Globovisión en audiovisual, fueron los medios con menor equilibrio informativo en la cobertura de la última diatriba electoral. Por otro lado, Últimas Noticias y Televen resalataron como los medios más balanceados, pero su poder es limitado: aunque UN es el diario más leído en el país, su línea editorial se concentra en la ciudadanía –lo cual es periodísticamente correcto en cualquier otro país del mundo-, y Televen es conocido como un canal de entretenimiento, con sólo tres emisiones de informativos al día.

Una posible explicación psicológica al fenómeno se puede encontrar en el trabajo de la filósofa húngara Agnes Heller, quien definió como “bloqueo histórico” a la imposibilidad de conferir sentido a un discurso diferente al dominante:

“El argumento consiste en afirmar que lo único viable es lo dominante. Esto es, que carece de sentido plantearse un discurso alternativo, porque la realidad se agota en el discurso existente, que no es otro que el de dominación (…) conformando una subjetividad social más homogeneizada por el discurso del poder” (Citada por Zemelman, 1994;14)

Es evidente que el argumento del “bloqueo histórico” se aplica fácilmente a la política informativa del Estado: en la última década pasó de tener 3 medios de comunicación a más de 200, incluyendo emisoras comunitarias, y todas divulgan el mismo discurso: antiimperialista, socialista y revolucionario. Sin embargo, el mismo análisis podría ser válido del otro lado del espectro: Si la línea editorial del gobierno sirve para aferrarse al poder político, la de los medios de oposición tendría como objetivo asirse al monopolio económico que han sustentado durante medio siglo.

¿Quién sale perdiendo en esta disyuntiva? La población y los problemas del día a día, que pierden cobertura informativa en favor de la pelea a nivel político. Al respecto, plantea Fernando Savater en su libro Ética y Ciudadanía. “Los periodistas deberían tener el propósito de no olvidar los verdaderos problemas y no de ocuparse sólo de la novedad por la necesidad del titular. Hay muchos males que, desgraciadamente, no pasan de moda” (1998;p.12).

¿Cómo deberían funcionar? Bajo qué estrategias fomentar estos espacios?
Esta claro, hasta ahora, que existe la necesidad de que los ciudadanos sientan que la construcción de un lenguaje cooperativo trae beneficios individuales que no se podrían alcanzar sin la organización social participativa, y es en este momento que los medios tienen que jugar un papel de motivación, de incentivo a los caminos de comunicación correctos, que ayuden a generar espacios democráticos de construcción pública.
Es importante resaltar que este rol de los medios debe apuntar al incentivo, la orientación y el ejemplo social. Mireya Lozada, investigadora del Instituto de Psicología de la Universidad Central de Venezuela, explica en la resena realizada por Luisa Torrealba, "Hay que descentrar el rol de los medios de la construcción de la ciudadanía" (2004), que los medios no pueden ser los únicos responsables de construir esta ciudadanía.
La visibilidad de los medios y de lo que ellos muestran, sobre lo que está pasando, induce a que se les hagan exigencias, en algunos asuntos, como la construcción de la ciudadanía. Y se va dejando de lado la responsabilidad que tienen otras instituciones como las universidades, la familia y la educación en general, que deberían cumplir ese papel y podrían contrarrestar la información nociva o pejudicial que se pudiera estar transmitiendo a través de los grandes medios. (p.64)
Por esto, el rol de los medios no es decirle a la gente cómo debe comportarse, ni mucho menos dar lecciones de ciudadanía. La meta es mostrar desde una óptica informativa distinta, más cercana y más centrada en las personas comunes, la realidad. La idea es servir de medio entre las partes, funcionar como puente de comunicación entre actores, separarse de la manera tradicional de presentar la noticia para ver quienes viven detrás de ella, quienes la sufren o quienes la celebran.
Ya lo decía María Cristina de la Fuente Álvarez en Periodismo Cívico o Público (2000) cuando asoma nuevas maneras de abordar la información.
Lo que permite que la vida público marche bien, lo que alienta a la gente a encontrar intereses comunes y trabajo común, lo que saca a relucir nuestro deseo latente de entendernos unos a otros, es otra clase de política que necesita verse y oírse, junto con las narraciones acostumbradas de dinero, poder y manipulación. (p.195)
El periodismo venezolano tiene que perder la costumbre de levantarse en la manana, asistir a las pautas y terminar el día con una cola de informaciones que se pierden en la vaguedad de su importancia social. Esto parte de aprender y cultivar en los periodistas la cultura de la investigación y el largo plazo, algo que según Manuel Barroso no tiene el venezolano común, que se rige por la inmediatez de las ganancias y no cultiva ni sus propias amistades (p.6).
Y como explica de la Fuente Álvarez, "el periodismo puede hacer todo esto sin apartarse de su misión central de informar y de ilustrar, sin renunciar a su importante papel de vigilante crítico, sin aburrirnos con lecciones cívicas o presentarse a si mismo grandilocuentemente como la cura de todos nuestros males"(p.196)
Esta propuesta es fácilmente aplicable a la realidad venezolana, llena de pequenos problemas locales, muchos a causa de grandes problemas nacionales o mundiales, pero que encuentran su solución en el diálogo y la organización de los pueblos. Y sin embargo, es asombroso que la prensa, la radio y la televisión no hayan encontrado en el ciudadano una fuente de posiblidades, expresiones, preocupaciones y soluciones, las cuales, al fin y al cabo, nacen de las mismas personas que viven la experiencia particular.
De esta misma forma, es necesario retratar la multiplicidad de voces, opiniones y propuestas para servir como conector a quienes pueden solucionar problemas particulares, ya hablemos de organizaciones, consejos comunales, gobiernos, etcétera. Ante la difuminación de las identidades parece difícil poner nombre y apellido a algunos problemas, pero el mismo trabajo en equipo y de investigación que debe estar en manos de los periodistas ayuda a enlazar a los actores en la construcción de un diálogo.
Puede sonar muy abstracto y teórico alcanzar este ideal, pero el primer paso para alcanzarlo es darle la relevancia que se merece al ciudadano, ya sea en la pantalla, en el papel o en la radio. Darle protagonismo a los temas relacionados a él y cambiar el uso de las fuentes tradicionales a la fuente del ciudadano de a pie fomenta el encuentro del que tanto se ha hablado, el incentivo al diálogo y a la participación, además del estímulo al público, ya que se ha comprobado que la gente se relaciona más con historias humanas, de personas similares con las que se puede generar empatía.

El tema de internet cobra aquí especial importancia. En los últimos anos se ha visto la proliferación de blogs y de páginas informativas que funcionan a través de la colaboración de los ciudadanos, espacios en los cuáles se ha retratado de una manera menos profesional las preocupaciones, reclamos, testimonio y propuestas de comunidades, o del país.
Pero no sólo se debe hablar de las propuestas puntuales que nacen dentro de la comunidad virtual, también es necesario analizar su alcance: la blogósfera venezolana se ha armado de herramientas para difundir su mensaje de denuncia dentro y fuera de la web. El mouth to mouth de Twitter replica las colas de Caracas, por Facebook se protesta el cierre del Ateneo y en Flicker se pueden ver álbumes enteros de la situación de Vargas post-1999.
Se convierte entonces en un mensaje universal. Cualquier persona con capacidad de conectarse al internet puede ver, oir o leer la problemática venezolana en línea.
Esto es un aspecto que se debe celebrar, ya que es muestra de la existencia de iniciativas participativas, sin embargo hay que analizar el alcance y la intensidad que puedan tener estas nuevas tendencias en una población mayoritariamente pobre, como la venezolana, alejada del manejo de las nuevas tecnologías.
Aunque los medios alternativos parecen ser una solución ante el sesgo de los medios de comunicación tradicionales, hay que cuestionar su efectividad ante las condiciones dadas. Hay que aceptar la popularidad que aún tienen los medios de siempre en este país.
Dentro de los nuevos retos de la empresa comunicacional se encuentra el tema de retomar una identidad nacional respetable y respetada por los ciudadanos. La alta influencia de la pantalla la obliga a retomar cierta función educativa ante la grosería que ha cometido frente a los venezolanos.
Los símbolos, la historia y la cultura folklórica, propia del venezolano se encuentra diluida en el mar de "tendencias" que se muestran en la pantalla, los diarios y las vallas, cuando debería formar parte de la construcción de un espacio público formal, la educación y autoestima del venezolano. Hace falta que los individuos se respeten y se sientan miembros de una cultura para verse en la necesidad de conectarse con sus vecinos.

Ciudadanos con liderazgo editorial

Una reflexión que vale la pena realizar es el papel que tienen los ciudadanos en la conformación de las agendas mediáticas, si se toma como idea principal que los medios eligen qué informaciones colocar de acuerdo a los intereses comerciales de los públicos. Mientras a los compradores de medios les sigan pareciendo atractivas e importantes las informaciones vacías a las cuales están acostumbrados, no habrá manera de exigir a los medios de comunicación, de una manera contundente, un trabajo de mayor calidad y profundidad. Algunos pasos se han dado en esa dirección: la sección Superbarrios, de Últimas Noticias, y el Radar de los barrios de Globovisión, se enfocan exclusivamente en la problemática ciudadana de los sectores de menores recursos. No obstante, dos espacios no son suficientes para abarcar las situaciones que padecen estas comunidades.

Además, este tipo de programas se tratan como secciones especiales y no como parte de la información cotidiana que se maneja diariamente en los medios. Es tiempo de acercarse al otro, de descubrir y conquistar la realidad social. Es tiempo de ver y oír las voces del pueblo, de reflejarlas en tinta y la pantalla, construir significados para construir sociedad.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barragán, J. (1996) La Aldea era una fiesta. En: Papel Político. Número 3. pp. 7-28.

De la Fuente Álvarez, M. (2000) Periodismo cívico o público. En: Historia de Comunicación Social. Número 5, pp.189-202.

Miralles, Ana María (S.F.) La construcción de lo público desde el periodismo cívico. En línea. http://74.125.95.132/search?q=cache:SQJd_Q60Q2AJ:www.infoamerica.org/documentos_word/rosen01.doc+infoamerica+la+construcci%C3%B3n+de+lo+p%C3%BAblico+desde+el+periodismo+civico&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=ve (Consulta, 2007, febrero 23)

Raz, J. (1994) La ética en el ámbito público. Editorial Gedisa. Barcelona

Sen, A. (2004) El Ejercicio de la razón público. En: Letras libres. Mayo, pp. 12.

Torrealba, L. (2004) Mireya Lozada: “Hay que descentrar el rol de los medios en la construcción de la ciudadanía”. En: Comunicación. Número 126. II trimestre, pp. 64-67.

Barroso, M. (1991). Autoestima del Venezolano.Editorial Galac. Caracas

jueves, 18 de junio de 2009

Muda Participación en el mundo de los idiotas

Estos reportajes nos dejan una reflexión importante para construir ciudadanía. Es muy fácil observar los escollos del interés que tienen ciertas personas por su comunidad.
Se podría decir que forman parte de una masa de idiotas, y no se ofendan, en la antigua grecia los idiotas eran las personas que no participaban en la política, aunque podían hacerlo. Y en El Recreo también tenemos unos cuántos de estos.
Ojalá todos fueran más ciudadanos y menos idiotas, ya que de la participación y la deliberación dependerá la solución de los problemas de los cuales nos quejamos diariamente como si le diéramos play a un cassette.
El martes pasado invitamos a varios miembros de la comunidad a un Focus Group en la UCV, para debatir sobre los problemas de la parroquia. De las 8 personas invitadas, sólo 1 asistió.
Entonces empecemos a reflexionar si la parroquia que tenemos es la parroquia que queremos!
Elisa Vásquez

Habitantes de El Recreo se quejan por problemas de basura


La parroquia El Recreo ha sido saturada por la basura en sus alrededores. Los habitantes hacen un llamado a las autoridades para que tomen medidas de precaución. La Alcaldía del Libertador asegura haber mejorado 25 por ciento el barrido de la ciudad
POR: Silvana Farías


El Municipio Libertador tiene un millón setecientos metros cuadrados, posee veintidós parroquias entre las cuales se encuentra la de El Recreo, la cual, diariamente es transitada en sus parques, avenidas, plazas y bulevares por cientos de personas que visitan, trabajan o habitan en esta zona. Uno de los grandes problemas que aqueja a esta zona es la basura, debido que, por gozar de grandes zonas de comercio y ser tan concurrida se hace inevitable la acumulación diaria de gran cantidad de desperdicios.
La zona se ha visto colmada por los desechos. La colocación indebida de los escombros y basura impide disfrutar la vida en un ambiente saludable. La salud y bienestar de la comunidad El Recreo se encuentra en peligro; la basura que se halla en sus avenidas no sólo produce mala apariencia y desagradable olor sino enfermedades, debido que, atrae animales como roedores y mosquitos.
El mosquito es uno de los animales que más muertes ocasiona cada año en el mundo, estos insectos son portadores de virus mortales para el hombre y los transmiten con una picadura; cabe destacar que cada vez son más difíciles de exterminar por medio de la fumigación con lo que se vuelve más arduo acabar con ellos.
Los roedores también son atraídos por la basura, ellos transmiten numerosas enfermedades. Las que más generan alarma serian el hantavirus y la leptospirosis debido a la fuerza con que ataca al ser humano. Estas son graves enfermedades que deben ser tratadas a tiempo y debidamente.
De la misma manera, la contaminación en el Recreo atenta con la seguridad del peatón que se ha visto obligado a buscar vías alternas poco seguras para poder llegar a su destino. “Indudablemente convivir con la basura no trae ningún beneficio”, comentó José Luis Molina, transeúnte de esta parroquia.
Molina explicó que hace poco tuvo que caminar fuera de la vía peatonal, porque la basura le impedía el paso y casi fue atropellado por un carro que pasaba por su carril. Manifestó estar cansado de esta situación, por lo que, le pide a la comunidad y visitantes de la parroquia El Recreo unión para que exijan soluciones inmediatas a las entidades públicas encargadas.
La Alcaldía del Municipio Libertador puso en marcha el programa llamado “sistema integral de mantenimiento de la cuidad” en la parroquia El Recreo, la alcaldía invirtió un total de 43 mil bolívares fuertes para asfaltar, recolectar basura, ornato público y mantenimiento de las calles.
Eleida Martinez, de 51 años de edad, habita en la parroquia del Recreo. Comentó que el problema de la basura afecta de manera directa a los habitantes de la parroquia, debido que, en muchas ocasiones pueden pasar hasta dos días que la basura no es recogida por el aseo urbano. Explicó que la comunidad debe organizarse en conjunto con los co nsejos comunales y las juntas de condominio para que cumplan con su obligación, además indicó que debemos acentuar nuestra responsabilidad de no tirar basura en la calle y hacer de nuestra parroquia un lugar mejor para vivir.
El alcalde Jorge Rodríguez convocó a una rueda de prensa, en la que aseguró que se había incrementado un 25 por ciento el barrido de la ciudad y que ha mejorado el proceso de recolección de basura en las parroquias. También informó que próximamente se estará completando un plan denominado “caracas libre de basura” en la parroquia El Recreo, Rodríguez indicó que este programa contempla un nuevo proceso de limpieza urbana, incluirá a los policías de caracas que permanecerán vigilando y haciendo cumplir desde el punto de vista sansionarios sobre la limpieza y recolección de basura, además contaran con la colaboración de los zanqueros y acróbatas que realizan trabajos artísticos en la zona.
Jesús Álamo, de 28 años de edad, vive en la avenida Solano. Comentó que sí ha visto mejorar un poco el aseo urbano, sin embargo, deja en claro que toda vía falta mucho para que sea una ciudad libre de basura, él espera poder caminar una día por las calles y verlas totalmente limpias y tiene la esperanza que toda la ciudadanía aporte para que esto se haga realidad.



Sanciones establecidas en las ordenanzas

Las ordenanzas establecen la prohibición de arrojar basura en vías y espacios públicos, quien incumpla con esta norma tendrá que pagar una multa de 4 unidades tributarias. Los grandes generadores de basura tienen que cumplir con el horario de recolección de basura de no cumplir estará sujetos a pagar una sanción de 15 a 30 unidades tributarias y una multa doble si reincide.
Cada parroquia tiene su horario de recolección de basura, deben ser sacadas en bolsas y colocadas en los contenedores dos horas antes del proceso de recolección. Las tiendas y comercios están obligados a doblar las cajas de cartón que desechen así como deben ser tratados los restos de telas que boten, de lo contrario se colocará una multa de 30 unidades tributarias.
Julián Bravo, de 27 años, trabaja en el local “City Day” localizado en el bulevar de sabana grande, asegura cumplir con todas las ordenanzas de la alcaldía y estar de acuerdo con las sanciones establecidas al que no cumpla con estas ordenanzas. Comenta que es una buena iniciativa por parte del gobierno, pero que deben hacerla cumplir porque el local y él se han visto afectados por la presencia de basura afuera de las instalaciones.
Y finalmente la Alcaldía debe tomar cartas en el asunto, establecer medidas de cuidado y precaución de basura en la zona, garantizar a la ciudadanía el buen funcionamiento de las entidades públicas encargadas para poder disfrutar de un buen ambiente y avalar la salud y seguridad de la ciudadanía. No obstante, el estado no puede tener toda la responsabilidad, debe contar con la colaboración y conciencia de los ciudadanos para poder mantener las calles libres de basura.

Inseguridad, un problema de una comunidad apática

Por: Alejandra Raga R.

Sin duda la sociedad venezolana se encuentra en pleno proceso de adaptación a una serie de cambios que generan reacciones en las personas y en la sociedad entera.
La población venezolana se ha caracterizado siempre, según la psicóloga Maritza Montero, por ser pasiva, amigable y cómoda, es decir, siempre esperando una respuesta efectiva por parte de los demás y no por iniciativa propia. Sin embargo, a medida que pasan los cambios se modifican las características.
Pero, ¿cuáles son las características de la población de la Parroquia El Recreo? Según la psicóloga clínica-social, Yorelis Acosta, la sociedad de hoy es el resultado de la combinación de la teoría de los cristales rotos y el desvanecimiento de la concepción religiosa y familiar, situación que deviene en un incremento masivo de violencia en las calles del país.
Así pues, el conjunto de mucha basura acumulada en todas las calles, indigencia en cada esquina y la inseguridad tan desbordada que sin remedio establece un temprano toque de queda para los que ciudadanos que viven en esta parroquia hacen la combinación perfecta para que Venezuela sea el segundo país más violento de Latinoamérica después de El Salvador, según el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec).
Ante este panorama, se realizó una encuesta a 150 personas en la Parroquia El Recreo –Ciudad de Caracas- en la que entre algunas otras preguntas se le consultó a los entrevistados acerca de los problemas de su comunidad y, si ellos como ciudadanos, tenían propuestas para solventar sus problemas.
De 150 ciudadanos encuestados en la Parroquia El Recreo, 40 respondieron con las siguientes propuestas: “a los malandros hay que matarlos”, “sería bueno meter a los indigentes en un cuarto y tirar una bomba para matarlos a todos” o “hay que golpear a los ladrones hasta dejarlos inconscientes” entre otras.
Una parroquia violenta
Frente a estas respuestas surge la interrogante, ¿es la comunidad de la Parroquia El Recreo una sociedad violenta?
Según el psicólogo social, profesor de la UCV, Fernando Giuliani, “por una parte, es muy probable que exista una sensación de indefensión donde el ciudadano siente que realmente está al merced del hampa y, por otra parte, están a merced y no sienten que haya alguien que se esté ocupando de ello”. El profesor Giuliani también señaló que existe una “exacerbación del sentimiento de la gente” en parte alimentado por el bombardeo mediático.
Por su parte, el sociólogo Gerardo González afirma que estas “son respuestas reactivas ante la falta de orden y la falta de soluciones, son para ellos soluciones netamente reactivas donde gracias a dios no hay un acuerdo y no planifican sicariatos, por ejemplo”, además rescata que este tipo de respuestas se obtienen debido a la falta de organización entre organismos como la Junta Parroquial de El Recreo, la Alcaldía y Consejos Comunales de la zona, así pues acentuó que “frente al caos, más caos”.
La respuesta de la ciudadanía a manera de propuesta no es más que el reflejo de lo que estas personas sienten en su ser más primitivo, son pensamientos que develan el miedo y la incertidumbre con la que día a día conviven los ciudadanos de la Parroquia El Recreo cuando salen a la calle, ¿me robarán? ¿Llegaré esta noche a mi casa igual que como salí?.
Sin duda, la paranoia se hace presente en la vida de las personas que tienen una lucha real contra la inseguridad, sin embargo, ese reflejo de violencia que demuestran las respuestas de estos ciudadanos no es para el psicólogo Giuliani una muestra debeladora de la naturaleza del venezolano, “yo no creo que haya alguna característica dentro de la cultura venezolana u occidental que impulse a la gente a ir a exterminar a alguien”.
Por su parte, el sociólogo González señala que “si creo que nuestra sociedad y nuestra ciudad es muy violenta porque es una ciudad muy hostil en muchos aspectos, no solamente el tráfico, la movilidad, el desempleo, la falta de opciones, la falta de espacios públicos. Todo eso genera violencia, violencia que cada quien la refleja de diferentes maneras (…) yo creo que la violencia se ha convertido en una nueva forma de lenguaje, yo creo que el venezolano tiene un defecto muy gran, es incapaz de escuchar al otro”. Además el sociólogo señala que los venezolanos son violentos a partir de una crisis económica y política, antes de estas, considera que no había necesidad de recurrir a la violencia.
Justicia por manos ciudadanas
Hoy día la violencia es pan de cada día, por lo menos así lo aseguró Rommel Vásquez, residente de la zona del Recreo, urbanización en la que noche a noche, indigentes van e indigentes vienen y en donde la inseguridad es la sombra del ciudadano que camina por esas calles.
Rommel Vásquez señala que semanalmente observa cómo vecinos golpean a indigentes o ladrones que intentan robarles sus pertenencias, “los persiguen hasta alcanzarlos y caerles a palo”.
Los expertos aseguran que será muy difícil que en esta parroquia pueda llegar a suceder eventos como el linchamiento del violador del Valle. Giuliani lo cree así porque asegura que para que se lleve a cabo un linchamiento es necesaria una la coincidencia de una serie de aspectos que propicien el eventos.
Por su parte, González asegura que no se dan más linchamientos de los que ya se presentan en la zona, simplemente por falta de organización entre los vecinos y por los niveles de desconfianza que existen hoy en las redes sociales, además señala que estos casos dependen de los límites y/o valores que integran a una comunidad en particular y, que sólo puede que se den linchamientos cuando el infractor sobrepase la línea limítrofe entre lo aceptado y no aceptado en esa parroquia.
¿Cifra de linchamientos en la zona? No se consiguieron, quizás –y a manera de especulación- porque no son prioridad, porque no son denunciados o porque son hechos que se han incrustado de manera tal en la identidad social de la zona que ya es un hecho normal.
Llevar el río a su cauce
Lamentablemente, lo que es normal ahorita para la sociedad venezolana no es lo ideal o más sano para un país, como señala el sociólogo González, “La comunidad está en peligro de que por no organizarse, los grupos más reaccionarios tomen cartas en el asunto”. Por ello, hay que hacer algo.
De esta manera, la propuesta de ambos expertos se posiciona en el ámbito de lo público, es decir, según Giuliani y González, el plan de rescate de una participación ciudadana debería encaminarse a través de una campaña de mensajes objetivos que incentiven a la participación acompañada con un respaldo por parte del Estado sin tildes de colores que ideologicen el centro de cada uno de los proyectos de integración y recuperación de las comunidades.
Aunado a ello, el psicólogo explica que “Tratar esto de manera individual es muy difícil, porque la persona está perteneciendo a un circuito social de representación y eso no hay manera de intervenirlo”. Sin embargo, señala que hay que comenzar por despolarizar los proyectos y trabajar unidos por la comunidad.
En integración con las campañas, el sociólogo Gerardo González asegura que “por medio de talleres, asambleas de vecinos, los Consejos Comunales, el estado, cualquier forma de asociación que exista en la comunidad, ya es una entrada por la cual se puede negociar, desde un grupo deportivo hasta un grupo de Scouts hasta la asociación de padres y representantes de un colegio”.
Finalmente ambos especialistas en el área social reforzaron la idea de que en cualquier parroquia que se desee superar la violencia e inseguridad como modo de vida es necesario vencer la apatía y los niveles de desconfianza que existe entre los ciudadanos para poder abordar soluciones viables que sean planificadas y bien articuladas entre los propios organismos encargados de la recuperación social.

El Recreo en Imágenes

Una mirada, desde la mira de una cámara, de lo bueno y lo malo de la parroquia



La Casa Galarraga: Un Oasis en Chapellín

“No entres con nada, chamo”. Ésa fue la advertencia recibida en el puente Chapellín, punto de entrada de uno de los más populosos barrios de Caracas. Acto seguido, cámara y grabadora regresaron de vuelta al vehículo estacionado a dos cuadras, en el Centro Comercial La Florida. De vuelta, ese lunes en la mañana, la pregunta a los vecinos de la zona era sólo una: ¿Dónde queda la casa de Galarraga? Un señor movió su dedo índice, pero la señal se perdía entre las cientos de estructuras de bloque rojo y zinc.
Al bajar las escaleras que llevan al corazón de la barriada, la confusión empeoró. Gritos, miseria, pelotica e´goma y jerseys de basketball se mezclaban con reguetón, basura y malos olores. ¿La casa Galarraga? ¡Por allá m´hijo!, dijo una señora, residente de la zona desde hace 30 años. “Yo lo vi crecer, es un orgullo haberlo visto llegar tan lejos”, exclamó antes de cerrar la puerta de latón del rancho. Unos minutos después, sin que nadie dijera nada, la edificación se mostró como un oasis en medio del caos.
Era una casa vieja, probablemente de los años treinta, perfectamente pintada y con una pequeña placa alegórica “Aquí nació Andrés Galarraga, El Gato de Venezuela, orgullo grandeliga de Chapellín”. Al tocar la puerta, la sorpresa fue mayúscula: dos jóvenes se acercaron y, pistola en mano, exigieron una explicación de la presencia de “este extraño” en el barrio.
Ninguna explicación fue suficiente. Al abandonar el sitio, decidí volver para intentar verla por dentro, conversar con sus moradores, escuchar las historias de la infancia de la insignia del béisbol venezolano durante la década de los noventa.
Y así fue. Jueves en la mañana, coincidencialmente era el cumpleaños del pelotero. Libreta y un bolígrafo, pantalones y zapatos rotos, regresé por el camino del Puente Chapellín, bajé las escaleras y caminé a la cueva del Gato. En el camino, las historias comenzaban a surgir en torno a la edificación. “Es como un museo, una memoria a lo mejor que ha dado Chapellín”, comentó José García, un vecino que sirvió de “protector” en esta segunda andanada. Los más jóvenes, que nunca vieron a Galarraga en la villa, también honran sus logros “Es un ejemplo de que si se puede salir de acá y vivir mejor”, dijo Angeluz Núñez, segunda base del equipo que estaba faldeando la caimanera que enfrentaba a los Con Camisa y a los Sin Camisa.
“No toque la puerta, amigo, no hay nadie ahí" -aclaró García, al llegar a la estructura de tonos índigos, techo de teja y con un pequeño solario en la entrada. "Orlando (hermano de Andrés) a veces viene para acá, pero la casa siempre está intacta”, concluyó sin dar mayores explicaciones.
La matriarca de la familia, Juana Galarraga, se mudó con el Gran Gato luego de que el toletero fuese diagnosticado con cáncer, en 1998. La casa no se vendió, sino que la comunidad decidió conservarla como recuerdo vivo de su hijo ilustre, primer venezolano campeón de bateo en la Gran Carpa. “Es un honor haber crecido en el mismo barrio que El Gato”, exclamó Víctor Rodríguez, mecánico de profesión y quien si bien no compartió con la pandilla del bigleaguer, sí se enteró, como el resto, cuando firmó con los Leones del Caracas en el año 78. “Yo nunca jugué en la calle, pero mis amigos que sí jugaron con él me decían que se notaba que era distinto, más fuerte, más ágil, más rápido”.
El camino de regreso fue bastante tranquilo. Al llegar de vuelta al puente, el improvisado guía aclaró: “Acá no todos son ladrones amigo, acá hay gente buena”. A unos metros de distancia, uno de los Sin Camisa bateó una línea que parecía destinada a un extrabase, quizá jonrón de pierna. En un instante, Núñez se elevó y tomó la pequeña –y dura- esférica de un sopetón. En esa partida tal vez jugaba el próximo Galarraga.

sábado, 13 de junio de 2009

El Recreo en Toque de Queda

La situación de inseguridad y violencia que vive a diario esta comunidad genera repercusiones en la vida privada y pública de este grupo social
Por: Elisa Vásquez

La diferencia que existe entre lo que se conoce como toque de queda y lo que viven algunos habitantes de El Recreo es que en la definición tradicional de este concepto los lugares públicos son resguardados por las fuerzas de seguridad.
Estos ciudadanos viven azotados por el crimen, la violencia y la paranoia, figuras en las cuales los cuerpos policiales no aparecen como santos de devoción.
Todas estas razones son suficientes para que los vecinos de Bello Monte, Sabana Grande y Las Delicias se escondan en casa y cierren los negocios al caer el sol, mientras la vida pública, la construcción y el debate social quedan olvidados en las calles.
“El miedo aísla y paraliza a los ciudadanos”, asegura Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social especializada en violencia política. Las personas que se arriesgan, asumen las consecuencias.
Laura Ramírez, de 21 años, vive en la avenida Solano, y asegura que en los últimos tres meses ha sido robada y violentada como nunca antes en su vida. Hace un mes fue secuestrada en La Florida por una banda de hampones mientras iba a su casa una madrugada. Le quitaron todas sus pertenencias y la dejaron descalza a orillas de la Cota Mil. Ahora se pregunta si vale la pena salir de casa.
“Yo no salgo de noche. Si salgo en la noche procuro llegar antes de las 11, y si no es así llego después de las seis de la mañana”, asegura la joven, quien atribuye la inseguridad nocturna a la soledad de la zona, la oscuridad y la falta de cuerpos policiales eficientes.
Rommel Vásquez, de 26 años, vive en la calle San Antonio, y a diferencia de Ramírez se adentra con más frecuencia en la noche de la parroquia. Su técnica: es amigo de casi todos los “malandros”. “Cuando me mudé hace seis años todo me causaba miedo y stress. Sentía que me veían hasta por las ventanas del apartamento, pero poco a poco me fui haciendo amigo de los indigentes y rateros y ahora me protegen”, explica Vásquez.
Mientras que Ramírez huye de la violencia, Vásquez aprende a convivir con ella. Cuenta que ve como la policía abusa de los indigentes con normalidad y les dispara por discusiones insignificantes.
Para la doctora Yorelis Acosta esta cotidianidad también se ve estimulada por una ciudad que estéticamente induce a la violencia. Multitud en todas partes, tráfico, basura, paredes rayadas, calles sucias, descripción que parece estar hecha para la mayoría de las calles de El Recreo. Este aspecto deja en cada transeúnte la sensación de “tierra de nadie”, nadie se preocupa, a nadie la importa. Esto, conjugado con el conocimiento continuo de los crímenes por parte de las personas, hace de muchos de estos ciudadanos unas personas en constante alarma.
Acosta asegura que todas las alteraciones ambientales afectan al individuo tanto psicológica como físicamente. Ansiedad, problemas de sueño, de alimentación, gástricos, circulatorios y oculares, son algunas de las consecuencias cuando de salud se habla.


También se esconde el comercio

Manuel Alejandro Viera es dueño desde hace seis años de la panadería Delicateses Pana Cesar, ubicada en la avenida Orinoco con segunda calle de Bello Monte. Su local ha sido robado tres veces, especialmente por grupos de motorizados.

Cuenta que a medida que pasa el tiempo los vecinos bajan cada vez más temprano a comprar los víveres y el pan, ya que en dos cuadras que caminan a sus casas, cualquier cosa puede pasar. “Aquí hay que preguntar a quién no han robado”, asegura Viera.
Para protegerse a si mismo, a su negocio y a sus empleados nunca abre ni cierra el negocio a la misma hora. Caminan todos juntos al metro o se van en carro, siempre por distintas rutas. Sus trabajadores tienen prohibido llegar o salir del local con el uniforme puesto, ya que rateros de la zona podrían identificar sus rutinas. No están para más todas estas medidas, ya que el señor Viera fue secuestrado en diciembre de 2007, y su familia tuvo que pagar 500 millones de bolívares por su rescate.
Aún así, dice sentirse tranquilo. “Es triste, pero todas estas costumbres ya son normales. Lo hacemos sin darnos cuenta”, asegura Viera.
Otros negocios han sufrido el aumento de la violencia y la inseguridad de distinta forma. El Bazar Merchy, ubicado también en la avenida Orinoco, tuvo que cerrar sus puertas hace un año y atender a los clientes por una reja tipo quiosco. Mercedes De Aguiar, miembro de la familia propietaria, explica que en agosto del año pasado fueron víctimas de robo a mano armada dos veces, motivo que los incentivó a meter al negocio en una fachada de rejas.
Antes de estos eventos cerraban el negocio a las siete de la noche, ahora lo cierran a las cinco o seis de la tarde, y además ganaban alrededor de 40 por ciento más de lo que ganan actualmente.
Yorelis Acosta explica que es normal que las personas y las organizaciones se dediquen a proteger sus espacios privados, tal como lo hizo la familia De Aguiar, ya que ante el abandono del Estado sobre sus responsabilidades, los sujetos deben tomar medidas individuales.

Este toque de queda traducido en privatización de los espacios ciudadanos parece conducir a un aislamiento total.

Organización mermada
Trina Borrego es vocera educativa del Consejo Comunal Amaranto de Bello Monte, además, es directora del Liceo Bolivariano Julio Bustamante, ubicado en la misma zona. Hace un año, ante el robo recurrente a sus estudiantes en las afueras del liceo, se dirigió a la central de seguridad de la Parroquia El Recreo acompañada de 20 liceístas para exigir la presencia policial en la zona.
Junto con los esfuerzos del Consejo Comunal y el Liceo, la Policía Metropolitana instaló un módulo de seguridad en la avenida Orinoco, además de ofrecer atención especial y continua al plantel.
Mercedes De Aguiar, de Bazar Merchy, asegura que los esfuerzos del Consejo Comunal fueron Trina Borrego
importantes, y que la Policía Metropolitana los atendió con total cordialidad, pero que luego de tres semanas los oficiales más nunca cumplieron con sus guardias, y que hoy día sólo un policía recorre la zona mientras que uno se encarga de la entrada del colegio.
Trina Borrego coincide con De Aguiar en que parte del problema de la inseguridad reside en la falta de esfuerzo policial. Sin embargo, ante los continuos reclamos, la respuesta de los cuerpos policiales es que no hay recursos ni económicos ni humanos.
La doctora Acosta explica que la situación de El Recreo tiene su causa en el miedo a actuar de sus ciudadanos, sentimiento que los paraliza, sumado a la desconfianza que existe entre la gente, la cual los relega cada vez más al ámbito privado, dejando un vacío en el espacio público. Un toque de queda.
Si las personas dejan de disfrutar de los lugares compartidos, los espacios de participación e intercambio se van reduciendo, minimizando la organización social y el debate democrático, ejes principales de la sociedad.
Significa un reto entonces para todos los parroquianos salir a las calles para apoderarse de las discusiones que rigen el ritmo de sus vidas.
Mientras se produzcan y se discutan ideas que aumenten la calidad de vida de cada vecino de manera organizada, se sabrá exigir a las autoridades correspondientes que cumplan con sus responsabilidades, de manera que se creen medidas que protejan a la ciudadanía de la violencia y los actos criminales.