Sin duda la sociedad venezolana se encuentra en pleno proceso de adaptación a una serie de cambios que generan reacciones en las personas y en la sociedad entera.
La población venezolana se ha caracterizado siempre, según la psicóloga Maritza Montero, por ser pasiva, amigable y cómoda, es decir, siempre esperando una respuesta efectiva por parte de los demás y no por iniciativa propia. Sin embargo, a medida que pasan los cambios se modifican las características.
Pero, ¿cuáles son las características de la población de la Parroquia El Recreo? Según la psicóloga clínica-social, Yorelis Acosta, la sociedad de hoy es el resultado de la combinación de la teoría de los cristales rotos y el desvanecimiento de la concepción religiosa y familiar, situación que deviene en un incremento masivo de violencia en las calles del país.
Así pues, el conjunto de mucha basura acumulada en todas las calles, indigencia en cada esquina y la inseguridad tan desbordada que sin remedio establece un temprano toque de queda para los que ciudadanos que viven en esta parroquia hacen la combinación perfecta para que Venezuela sea el segundo país más violento de Latinoamérica después de El Salvador, según el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec).
Ante este panorama, se realizó una encuesta a 150 personas en la Parroquia El Recreo –Ciudad de Caracas- en la que entre algunas otras preguntas se le consultó a los entrevistados acerca de los problemas de su comunidad y, si ellos como ciudadanos, tenían propuestas para solventar sus problemas.
De 150 ciudadanos encuestados en la Parroquia El Recreo, 40 respondieron con las siguientes propuestas: “a los malandros hay que matarlos”, “sería bueno meter a los indigentes en un cuarto y tirar una bomba para matarlos a todos” o “hay que golpear a los ladrones hasta dejarlos inconscientes” entre otras.
Una parroquia violenta
Frente a estas respuestas surge la interrogante, ¿es la comunidad de la Parroquia El Recreo una sociedad violenta?
Según el psicólogo social, profesor de la UCV, Fernando Giuliani, “por una parte, es muy probable que exista una sensación de indefensión donde el ciudadano siente que realmente está al merced del hampa y, por otra parte, están a merced y no sienten que haya alguien que se esté ocupando de ello”. El profesor Giuliani también señaló que existe una “exacerbación del sentimiento de la gente” en parte alimentado por el bombardeo mediático.
Por su parte, el sociólogo Gerardo González afirma que estas “son respuestas reactivas ante la falta de orden y la falta de soluciones, son para ellos soluciones netamente reactivas donde gracias a dios no hay un acuerdo y no planifican sicariatos, por ejemplo”, además rescata que este tipo de respuestas se obtienen debido a la falta de organización entre organismos como la Junta Parroquial de El Recreo, la Alcaldía y Consejos Comunales de la zona, así pues acentuó que “frente al caos, más caos”.
La respuesta de la ciudadanía a manera de propuesta no es más que el reflejo de lo que estas personas sienten en su ser más primitivo, son pensamientos que develan el miedo y la incertidumbre con la que día a día conviven los ciudadanos de la Parroquia El Recreo cuando salen a la calle, ¿me robarán? ¿Llegaré esta noche a mi casa igual que como salí?.
Sin duda, la paranoia se hace presente en la vida de las personas que tienen una lucha real contra la inseguridad, sin embargo, ese reflejo de violencia que demuestran las respuestas de estos ciudadanos no es para el psicólogo Giuliani una muestra debeladora de la naturaleza del venezolano, “yo no creo que haya alguna característica dentro de la cultura venezolana u occidental que impulse a la gente a ir a exterminar a alguien”.
Por su parte, el sociólogo González señala que “si creo que nuestra sociedad y nuestra ciudad es muy violenta porque es una ciudad muy hostil en muchos aspectos, no solamente el tráfico, la movilidad, el desempleo, la falta de opciones, la falta de espacios públicos. Todo eso genera violencia, violencia que cada quien la refleja de diferentes maneras (…) yo creo que la violencia se ha convertido en una nueva forma de lenguaje, yo creo que el venezolano tiene un defecto muy gran, es incapaz de escuchar al otro”. Además el sociólogo señala que los venezolanos son violentos a partir de una crisis económica y política, antes de estas, considera que no había necesidad de recurrir a la violencia.
Justicia por manos ciudadanas
Hoy día la violencia es pan de cada día, por lo menos así lo aseguró Rommel Vásquez, residente de la zona del Recreo, urbanización en la que noche a noche, indigentes van e indigentes vienen y en donde la inseguridad es la sombra del ciudadano que camina por esas calles.
Rommel Vásquez señala que semanalmente observa cómo vecinos golpean a indigentes o ladrones que intentan robarles sus pertenencias, “los persiguen hasta alcanzarlos y caerles a palo”.
Los expertos aseguran que será muy difícil que en esta parroquia pueda llegar a suceder eventos como el linchamiento del violador del Valle. Giuliani lo cree así porque asegura que para que se lleve a cabo un linchamiento es necesaria una la coincidencia de una serie de aspectos que propicien el eventos.
Por su parte, González asegura que no se dan más linchamientos de los que ya se presentan en la zona, simplemente por falta de organización entre los vecinos y por los niveles de desconfianza que existen hoy en las redes sociales, además señala que estos casos dependen de los límites y/o valores que integran a una comunidad en particular y, que sólo puede que se den linchamientos cuando el infractor sobrepase la línea limítrofe entre lo aceptado y no aceptado en esa parroquia.
¿Cifra de linchamientos en la zona? No se consiguieron, quizás –y a manera de especulación- porque no son prioridad, porque no son denunciados o porque son hechos que se han incrustado de manera tal en la identidad social de la zona que ya es un hecho normal.
Llevar el río a su cauce
Lamentablemente, lo que es normal ahorita para la sociedad venezolana no es lo ideal o más sano para un país, como señala el sociólogo González, “La comunidad está en peligro de que por no organizarse, los grupos más reaccionarios tomen cartas en el asunto”. Por ello, hay que hacer algo.
De esta manera, la propuesta de ambos expertos se posiciona en el ámbito de lo público, es decir, según Giuliani y González, el plan de rescate de una participación ciudadana debería encaminarse a través de una campaña de mensajes objetivos que incentiven a la participación acompañada con un respaldo por parte del Estado sin tildes de colores que ideologicen el centro de cada uno de los proyectos de integración y recuperación de las comunidades.
Aunado a ello, el psicólogo explica que “Tratar esto de manera individual es muy difícil, porque la persona está perteneciendo a un circuito social de representación y eso no hay manera de intervenirlo”. Sin embargo, señala que hay que comenzar por despolarizar los proyectos y trabajar unidos por la comunidad.
En integración con las campañas, el sociólogo Gerardo González asegura que “por medio de talleres, asambleas de vecinos, los Consejos Comunales, el estado, cualquier forma de asociación que exista en la comunidad, ya es una entrada por la cual se puede negociar, desde un grupo deportivo hasta un grupo de Scouts hasta la asociación de padres y representantes de un colegio”.
Finalmente ambos especialistas en el área social reforzaron la idea de que en cualquier parroquia que se desee superar la violencia e inseguridad como modo de vida es necesario vencer la apatía y los niveles de desconfianza que existe entre los ciudadanos para poder abordar soluciones viables que sean planificadas y bien articuladas entre los propios organismos encargados de la recuperación social.
La población venezolana se ha caracterizado siempre, según la psicóloga Maritza Montero, por ser pasiva, amigable y cómoda, es decir, siempre esperando una respuesta efectiva por parte de los demás y no por iniciativa propia. Sin embargo, a medida que pasan los cambios se modifican las características.
Pero, ¿cuáles son las características de la población de la Parroquia El Recreo? Según la psicóloga clínica-social, Yorelis Acosta, la sociedad de hoy es el resultado de la combinación de la teoría de los cristales rotos y el desvanecimiento de la concepción religiosa y familiar, situación que deviene en un incremento masivo de violencia en las calles del país.
Así pues, el conjunto de mucha basura acumulada en todas las calles, indigencia en cada esquina y la inseguridad tan desbordada que sin remedio establece un temprano toque de queda para los que ciudadanos que viven en esta parroquia hacen la combinación perfecta para que Venezuela sea el segundo país más violento de Latinoamérica después de El Salvador, según el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec).
Ante este panorama, se realizó una encuesta a 150 personas en la Parroquia El Recreo –Ciudad de Caracas- en la que entre algunas otras preguntas se le consultó a los entrevistados acerca de los problemas de su comunidad y, si ellos como ciudadanos, tenían propuestas para solventar sus problemas.
De 150 ciudadanos encuestados en la Parroquia El Recreo, 40 respondieron con las siguientes propuestas: “a los malandros hay que matarlos”, “sería bueno meter a los indigentes en un cuarto y tirar una bomba para matarlos a todos” o “hay que golpear a los ladrones hasta dejarlos inconscientes” entre otras.
Una parroquia violenta
Frente a estas respuestas surge la interrogante, ¿es la comunidad de la Parroquia El Recreo una sociedad violenta?
Según el psicólogo social, profesor de la UCV, Fernando Giuliani, “por una parte, es muy probable que exista una sensación de indefensión donde el ciudadano siente que realmente está al merced del hampa y, por otra parte, están a merced y no sienten que haya alguien que se esté ocupando de ello”. El profesor Giuliani también señaló que existe una “exacerbación del sentimiento de la gente” en parte alimentado por el bombardeo mediático.
Por su parte, el sociólogo Gerardo González afirma que estas “son respuestas reactivas ante la falta de orden y la falta de soluciones, son para ellos soluciones netamente reactivas donde gracias a dios no hay un acuerdo y no planifican sicariatos, por ejemplo”, además rescata que este tipo de respuestas se obtienen debido a la falta de organización entre organismos como la Junta Parroquial de El Recreo, la Alcaldía y Consejos Comunales de la zona, así pues acentuó que “frente al caos, más caos”.
La respuesta de la ciudadanía a manera de propuesta no es más que el reflejo de lo que estas personas sienten en su ser más primitivo, son pensamientos que develan el miedo y la incertidumbre con la que día a día conviven los ciudadanos de la Parroquia El Recreo cuando salen a la calle, ¿me robarán? ¿Llegaré esta noche a mi casa igual que como salí?.
Sin duda, la paranoia se hace presente en la vida de las personas que tienen una lucha real contra la inseguridad, sin embargo, ese reflejo de violencia que demuestran las respuestas de estos ciudadanos no es para el psicólogo Giuliani una muestra debeladora de la naturaleza del venezolano, “yo no creo que haya alguna característica dentro de la cultura venezolana u occidental que impulse a la gente a ir a exterminar a alguien”.
Por su parte, el sociólogo González señala que “si creo que nuestra sociedad y nuestra ciudad es muy violenta porque es una ciudad muy hostil en muchos aspectos, no solamente el tráfico, la movilidad, el desempleo, la falta de opciones, la falta de espacios públicos. Todo eso genera violencia, violencia que cada quien la refleja de diferentes maneras (…) yo creo que la violencia se ha convertido en una nueva forma de lenguaje, yo creo que el venezolano tiene un defecto muy gran, es incapaz de escuchar al otro”. Además el sociólogo señala que los venezolanos son violentos a partir de una crisis económica y política, antes de estas, considera que no había necesidad de recurrir a la violencia.
Justicia por manos ciudadanas
Hoy día la violencia es pan de cada día, por lo menos así lo aseguró Rommel Vásquez, residente de la zona del Recreo, urbanización en la que noche a noche, indigentes van e indigentes vienen y en donde la inseguridad es la sombra del ciudadano que camina por esas calles.
Rommel Vásquez señala que semanalmente observa cómo vecinos golpean a indigentes o ladrones que intentan robarles sus pertenencias, “los persiguen hasta alcanzarlos y caerles a palo”.
Los expertos aseguran que será muy difícil que en esta parroquia pueda llegar a suceder eventos como el linchamiento del violador del Valle. Giuliani lo cree así porque asegura que para que se lleve a cabo un linchamiento es necesaria una la coincidencia de una serie de aspectos que propicien el eventos.
Por su parte, González asegura que no se dan más linchamientos de los que ya se presentan en la zona, simplemente por falta de organización entre los vecinos y por los niveles de desconfianza que existen hoy en las redes sociales, además señala que estos casos dependen de los límites y/o valores que integran a una comunidad en particular y, que sólo puede que se den linchamientos cuando el infractor sobrepase la línea limítrofe entre lo aceptado y no aceptado en esa parroquia.
¿Cifra de linchamientos en la zona? No se consiguieron, quizás –y a manera de especulación- porque no son prioridad, porque no son denunciados o porque son hechos que se han incrustado de manera tal en la identidad social de la zona que ya es un hecho normal.
Llevar el río a su cauce
Lamentablemente, lo que es normal ahorita para la sociedad venezolana no es lo ideal o más sano para un país, como señala el sociólogo González, “La comunidad está en peligro de que por no organizarse, los grupos más reaccionarios tomen cartas en el asunto”. Por ello, hay que hacer algo.
De esta manera, la propuesta de ambos expertos se posiciona en el ámbito de lo público, es decir, según Giuliani y González, el plan de rescate de una participación ciudadana debería encaminarse a través de una campaña de mensajes objetivos que incentiven a la participación acompañada con un respaldo por parte del Estado sin tildes de colores que ideologicen el centro de cada uno de los proyectos de integración y recuperación de las comunidades.
Aunado a ello, el psicólogo explica que “Tratar esto de manera individual es muy difícil, porque la persona está perteneciendo a un circuito social de representación y eso no hay manera de intervenirlo”. Sin embargo, señala que hay que comenzar por despolarizar los proyectos y trabajar unidos por la comunidad.
En integración con las campañas, el sociólogo Gerardo González asegura que “por medio de talleres, asambleas de vecinos, los Consejos Comunales, el estado, cualquier forma de asociación que exista en la comunidad, ya es una entrada por la cual se puede negociar, desde un grupo deportivo hasta un grupo de Scouts hasta la asociación de padres y representantes de un colegio”.
Finalmente ambos especialistas en el área social reforzaron la idea de que en cualquier parroquia que se desee superar la violencia e inseguridad como modo de vida es necesario vencer la apatía y los niveles de desconfianza que existe entre los ciudadanos para poder abordar soluciones viables que sean planificadas y bien articuladas entre los propios organismos encargados de la recuperación social.
Yo soy habitante de El Recreo, y me inscribo en el sentir de los encuestados que dicen que a los malandros hay que matarlos. En mis años de residencia en la parroquia, he sido robado innumerables veces bajo diversas circunstancias en un ambiente de total impunidad, y el aumento en la presencia policial poco ha hecho para remediar esta situación. Tarde o temprano la gente se cansa, a los responsables de la seguridad ciudadana, o toman cartas en el asunto o nos vamos a organizar por nuestra cuenta.
ResponderEliminarHola! Soy parte de las organizadoras del Blog. Respetamos tu opinión, pero nuestra intención es que precisamente reflexionen en torno a esto. ¿No creen que hay verdaderas causas que hay que modificar para solucionar el problema de la inseguridad? ¿No es irónico pagar la violencia con más violencia?
ResponderEliminarEntendemos que el Estado ha sido totalmente ineficiente y eso los desespera, pero quizás otras formas de organización y prevención los harán disfrutar de una parroquia mejor.
Hola Elisa, gracias por tu respuesta. El problema de fondo es que las causas últimas de la inseguridad no están al alcance del ciudadano común para ser modificadas, y mientras tanto permanecen en riesgo nuestras vidas, nuestros bienes y seres queridos. El entorno y el sistema político que impera en el país, que considero una de las causas del problema, no podrá ser modificado en lo inmediato, y demuestra complicidad, activa o al menos por omisión, en este estado de cosas. De alguna manera hay que defenderse, no nos vamos a seguir dejando llevar como ovejas al matadero, insisto. O si no nos va a pasar como a los judíos de la primera mitad de los 40 en Alemania y parte de Europa. Que vayan a segregar y eliminar por goteo a otra gente, no nos la calamos más.
ResponderEliminarEs más, nisiquiera es por omisión. Este Gobierno está conciente, y ha admitido por boca del ministro de Interior y Justicia, que la policía está involucrada o es protagonista directa del 20% de los delitos registrados. ¿Cómo se llama eso? ¿No es este un Estado criminal que atenta contra el ciudadano? ¿No es una máquina de moler carne que no se sacia nunca de destruir vidas inocentes? ¿Cómo se puede confiar al salir a la calle así? ¿Qué es más peligroso, un malandro o un policía?
ResponderEliminarElisa, te invito a visitar este link y luego conversamos a ver si es factible en estas circunstancias ponerse a buscar las "verdaderas causas que hay que modificar para solucionar el tema de la inseguridad" o hacemos algo más directo para que no siga ocurriendo: http://www.eluniversal.com/2009/06/21/sucgc_art_hay-policias-que-se_1439015.shtml
ResponderEliminarHola! Me parece que tienes toda la razón en realizarte esos cuestionamientos. Creo que todos los ciudadanos estamos ahora en el momento de hacerlo. Lo que pasa es que como tú dices, es una situación difícil, sobretodo el tema de la poca voluntad del Estado por solucionar los problemas de los ciudadanos hace que esto se convierta en un círculo vicioso, porque como también afirmas, cada uno es muy pequeño como para solucionar esto.
ResponderEliminarYo sé que nuestra propuesta puede ser aún un poco abstracte e inmadura, pero estamos seguro que en la unidad de una sociedad se encuentra la solución a este problema.
¿Por qué no prueban más bien reclamar fuerte y continuamente a quien se debe antes de convertirse en un instigador de más violencia?