jueves, 18 de junio de 2009

La Casa Galarraga: Un Oasis en Chapellín

“No entres con nada, chamo”. Ésa fue la advertencia recibida en el puente Chapellín, punto de entrada de uno de los más populosos barrios de Caracas. Acto seguido, cámara y grabadora regresaron de vuelta al vehículo estacionado a dos cuadras, en el Centro Comercial La Florida. De vuelta, ese lunes en la mañana, la pregunta a los vecinos de la zona era sólo una: ¿Dónde queda la casa de Galarraga? Un señor movió su dedo índice, pero la señal se perdía entre las cientos de estructuras de bloque rojo y zinc.
Al bajar las escaleras que llevan al corazón de la barriada, la confusión empeoró. Gritos, miseria, pelotica e´goma y jerseys de basketball se mezclaban con reguetón, basura y malos olores. ¿La casa Galarraga? ¡Por allá m´hijo!, dijo una señora, residente de la zona desde hace 30 años. “Yo lo vi crecer, es un orgullo haberlo visto llegar tan lejos”, exclamó antes de cerrar la puerta de latón del rancho. Unos minutos después, sin que nadie dijera nada, la edificación se mostró como un oasis en medio del caos.
Era una casa vieja, probablemente de los años treinta, perfectamente pintada y con una pequeña placa alegórica “Aquí nació Andrés Galarraga, El Gato de Venezuela, orgullo grandeliga de Chapellín”. Al tocar la puerta, la sorpresa fue mayúscula: dos jóvenes se acercaron y, pistola en mano, exigieron una explicación de la presencia de “este extraño” en el barrio.
Ninguna explicación fue suficiente. Al abandonar el sitio, decidí volver para intentar verla por dentro, conversar con sus moradores, escuchar las historias de la infancia de la insignia del béisbol venezolano durante la década de los noventa.
Y así fue. Jueves en la mañana, coincidencialmente era el cumpleaños del pelotero. Libreta y un bolígrafo, pantalones y zapatos rotos, regresé por el camino del Puente Chapellín, bajé las escaleras y caminé a la cueva del Gato. En el camino, las historias comenzaban a surgir en torno a la edificación. “Es como un museo, una memoria a lo mejor que ha dado Chapellín”, comentó José García, un vecino que sirvió de “protector” en esta segunda andanada. Los más jóvenes, que nunca vieron a Galarraga en la villa, también honran sus logros “Es un ejemplo de que si se puede salir de acá y vivir mejor”, dijo Angeluz Núñez, segunda base del equipo que estaba faldeando la caimanera que enfrentaba a los Con Camisa y a los Sin Camisa.
“No toque la puerta, amigo, no hay nadie ahí" -aclaró García, al llegar a la estructura de tonos índigos, techo de teja y con un pequeño solario en la entrada. "Orlando (hermano de Andrés) a veces viene para acá, pero la casa siempre está intacta”, concluyó sin dar mayores explicaciones.
La matriarca de la familia, Juana Galarraga, se mudó con el Gran Gato luego de que el toletero fuese diagnosticado con cáncer, en 1998. La casa no se vendió, sino que la comunidad decidió conservarla como recuerdo vivo de su hijo ilustre, primer venezolano campeón de bateo en la Gran Carpa. “Es un honor haber crecido en el mismo barrio que El Gato”, exclamó Víctor Rodríguez, mecánico de profesión y quien si bien no compartió con la pandilla del bigleaguer, sí se enteró, como el resto, cuando firmó con los Leones del Caracas en el año 78. “Yo nunca jugué en la calle, pero mis amigos que sí jugaron con él me decían que se notaba que era distinto, más fuerte, más ágil, más rápido”.
El camino de regreso fue bastante tranquilo. Al llegar de vuelta al puente, el improvisado guía aclaró: “Acá no todos son ladrones amigo, acá hay gente buena”. A unos metros de distancia, uno de los Sin Camisa bateó una línea que parecía destinada a un extrabase, quizá jonrón de pierna. En un instante, Núñez se elevó y tomó la pequeña –y dura- esférica de un sopetón. En esa partida tal vez jugaba el próximo Galarraga.

7 comentarios:

  1. Muy fino! que bonito el final :) esperanzador...

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  2. Fino, ARNOLDO. Buen escrito. Me gustó!!! Espero seguir leyendo cosas...

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  3. real, lastima que Chapellín cada día decae mas... esperemos que la comunidad reaccione y de valores y principios a estas nuevas generaciones; de ese barrio han salido no slo peloteros, sino comunicadores sociales,policias, abogados, gente de bien que piensa distinto y ve un poco mas allá... gracias por el articulo.

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  4. que articulo tan pajuo y lleno de mentiras

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  5. Parece una `pelicula,es pura mentira todo lo que dicen.

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  6. Pues yo tengo 16 años viviendo en la avenida nivaldo de Chapellin y vengo de la urbanización Los chorros y he visto más peligros en Los chorros que en Chapellin,pocas veces he estado adentro del barrio como tal y todo los relatos peligrosos que aquí comentan es mentira,he visto dos homicidios aquí y ha Sido de ladrones que siguen a la gente hasta aquí.

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  7. De verdad con todo respeto pero no estoy de acuerdo con lo narrado, la abuela Juana nunca de mudo con Andrés, ella salió del barrio 1988, el barrio nunca ha estado inundado de basura como dices, la casa si se vendió,la delincuencia desborda en toda Caracas, pero tu entras a Chapellin y créeme que la comunidad nunca dejarán que te roben, en Chapellin existe algo que se llama Alegrías y corazón, no es un barrio perfecto pero créeme que yo no puedo creer nada de lo que narras,tanto así que no siquiera sabes cómo se llama el callejón donde salió Andrés Galarraga, se llama callejón la Soledad casa #5, no cuentes historia al que de verdad si la vivió ( Yo ), amo Chapellin

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